-Recuerdo que te obsequie dos o tres cosas que yo apreciaba mucho, y lo hice convencido de que no habia persona mas celosa, cuidadosa y ordenada con sus pertenencias que tú, sabía que en mis manos corría peligro y que no se librarian de mi atroz desinteres por lo puramente material; o tal vez en un arrebato de vergüenza suprimiria todo aquello que amenace producir un rubor en mi semblante, con tantas columnas blandengues en el alma un rubor no aportaría nada a la imagen inversa que acaso pretendiese. Sea como fuere y aunque no hayan pruebas materiales, el solo recuerdo me satisface.
-Hola, Van ¿Cómo estas?... Yo un poco mejor al leer tu correspondencia.Gracias por liberarme, sino de la reponsabilidad, por lo menos del peso que esa desagradable noticia, que merecías saber, te produjera una desilusión mayor. Por lo que he podido inferir de tus respuestas es que no te llegaron las pequeñas filmaciones donde aparecen las fotografías que tan celosa, cuidadosa y ordenadamente; como tú bien lo defines; guardé. Aunque no con la intención de apropiármelos y en eso si creo haber modificado la huella genética de tu abuela Carolina Guaroto y no hablemos de Carmen Scribenz, su alter ego, ese realismo supera la ficción. Guardé tus recuerdos con el fín de hacer una reproducción de cada una y enviártelas para que puedas conservar tus recuerdos, a la manera que concebía yo se debería hacer. Pensaba yo, este Van está loco, para regalar las únicas fotos que tiene de su viaje de egresados, y miraba a tus amigos que aparecían allí: Un muchacho morochito con una mirada mas buena que el pan, el ideal de amigo que todos desean (predispuesto a escuchar) siempre aparecía con su gorra, y una chica de talante humilde dispuesta a entregarlo todo hasta lo que no tenía (seguramente maldad)... Y este otro quién sería... Este Van está loco...
-Pues bien... Por aquellos dias padecia un invierno emocional que hasta el dia de hoy estoy venciendo. Lo único que tenia a mi favor era que podía reproducir con cierta fidelidad lo que estaba sintiendo y sin embargo nunca tuve a quien decirselo excepto a mi madre y a mi mismo de manera impersonal, esto es que yo mismo me veia, interiormente, como un hombre atrapado en ese cuerpo de niño. Mis maldades estaban definidas y la escasa tolerancia hacia "los demas"; como despectivamente me referia a los repetitivos patrones humanos que me rodeaban entre los que destacaban las figuras de mi padre biologico y putativo, perversos en grados distintos; rozaba con la misantropía. Recuerdo que el amor, hacia cualquier cosa o persona, era como una joya preciosa, fantástica e incluso mágica que me proporcionaba suficientes dosis de placer para andar anesteciado por el mundo, tal vez por abusar de ese estado extásico es que me llamaban a menudo distraido, y acaso todavía me pregunto ¿Cómo no distraerse si se está en una dimensión por error u accidente?...
Querida Tía , si en algún momento dudaste de mi locura para este momento ya deberías estar segura.
Despues de todo cada ser humano padece una diferente, asómate a la ventana y observa qué ocurre entre la gente...
4 comentarios:
Denis, realmente precioso el relato. Es cierto que los recuerdos tienen un valor incalculable. Saludos desde España
Saludos K4rLiNhOs, que grato encontrarte en este solitario baúl, así me gusta más este lugar cuando están los que no necesitan invitación.
Interesante perspectiva de las cosas aun mas la de relatarlas, curiosas metaforas pero inteligentes respuestas.. un Abrazo
en este blog no hay comentarios mas preciados que las de un Anónimo, pues sacrifica su identidad para expresar lo que otro calla por bondad o impotencia, por temor o inocencia. Sin embargo no aliento esa práctica en tanto que me impide hilar la recreación de quien se expresa. Va un abrazo también...
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